¿Cuáles son los síntomas de la depresión en los niños?
La depresión en los niños es un fenómeno que muchas veces se pasa por alto o se confunde con simples malos comportamientos o cambios de humor, sin embargo, es fundamental entender que los niños también pueden experimentar una profunda angustia que se manifiesta como tristeza intensa o sufrimiento emocional. Desde una perspectiva psicoanalítica, estos síntomas suelen estar vinculados a conflictos inconscientes y a las dinámicas simbólicas de su entorno familiar y social.
Desde el marco del psicoanálisis orientado por Jacques Lacan, es esencial comprender que estos síntomas no son simplemente el resultado de un desequilibrio químico o problemas de crianza, más bien, están relacionados con la manera en que el niño se estructura en el lenguaje y con las interacciones simbólicas que lo rodean. Lacan destaca que el sufrimiento emocional infantil está profundamente vinculado al deseo, la relación con el Otro y las complejas dinámicas del inconsciente. En este artículo, explicaremos algunos de los síntomas de la depresión infantil desde esta perspectiva, explicando su significado en términos psicoanalíticos.
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Irritabilidad y cambios de humor
A diferencia de los adultos, los niños deprimidos suelen mostrar irritabilidad o cambios bruscos de humor en lugar de tristeza visible. El psicoanálisis interpreta esta irritabilidad como una expresión de un conflicto interno que el niño no puede procesar conscientemente. Dado que su lenguaje emocional está en desarrollo, la rabia o la frustración pueden ser sus formas de manifestar angustias profundas relacionadas con expectativas no cumplidas o la percepción de pérdida simbólica de seguridad o amor.
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Retraimiento social y pérdida de interés
Cuando un niño pierde interés en actividades que antes disfrutaba o se aísla de amigos y familiares, esto puede indicar una desconexión con el deseo. Desde el psicoanálisis, este retraimiento refleja una sensación de que su ser auténtico no es valorado o reconocido por su entorno. El niño puede sentir que su alegría no es importante, llevando a una falta de motivación o una retirada inconsciente como forma de protección frente al posible rechazo.
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Somatización y síntomas psicosomáticos
La depresión en los niños puede manifestarse a través del cuerpo, con síntomas como dolores de cabeza, malestar estomacal o fatiga persistente sin una causa médica evidente. Estas manifestaciones físicas se convierten en formas no verbales en las que el niño inscribe algo del malestar que no puede ser tramitado ni simbolizado en el lenguaje. El cuerpo actúa como un escenario donde se muestra lo que queda fuera del campo de la palabra.
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Cambios en el sueño y la alimentación
Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir en exceso, junto con fluctuaciones en el apetito, son expresiones comunes de la depresión infantil. Estas dificultades físicas representan una vía en la que el cuerpo revela aquello que no ha podido ser simbolizado. El cuerpo se transforma en un lugar donde se marca el desajuste entre el niño y su entorno, funcionando como un lenguaje silencioso que evidencia la imposibilidad de articular su experiencia de otra manera.
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La pérdida de la capacidad de jugar
El juego es una herramienta simbólica crucial en la infancia. La pérdida de interés en jugar puede interpretarse como una crisis en la función simbólica del niño, reflejando una desconexión con la creatividad y el deseo debido a las tensiones internas y con los otros.
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Sentimientos de culpa y vergüenza
Los niños deprimidos pueden experimentar una culpa desproporcionada o una intensa vergüenza que parecen surgir sin motivo aparente. Estas emociones están vinculadas a un conflicto entre sus propios deseos y las expectativas que perciben de su entorno. La angustia se intensifica cuando el niño no tiene claridad sobre el lugar que ocupa en el deseo del otro, lo que puede generar una sensación de insuficiencia y desorientación que impacta en su imagen y la identificación.
Existen otros síntomas que pueden indicar que algo no está marchando bien en la estructuración subjetiva del niño. Cuando la depresión se manifiesta con una pérdida total de interés por el mundo, pueden surgir riesgos graves para su vida, como intentos de suicidio. Estas situaciones más complejas serán abordadas en futuros artículos.
La depresión infantil debe ser entendida desde una perspectiva integral, que contemple tanto las estructuras inconscientes como las influencias del entorno. No es suficiente tratar los síntomas de manera superficial; se requiere una escucha atenta y un análisis que permita al niño simbolizar sus conflictos y restablecer su conexión con el deseo y el bienestar.